lunes, 29 de abril de 2013

Teorías de la inteligencia

La inteligencia es un término y un concepto cuya historia científica es relativamente breve, pero llena de contradicciones. En palabras de los investigadores Hochel y Gómez, en el libro escrito el año 2007 titulado “Conciencia”, la inteligencia es uno de los constructos psicológicos más ambiguos y confusos que, sin embargo, ha sido objeto de las más variadas interpretaciones y cuyo uso ha conducido a grandes errores. La inteligencia despierta un intenso interés y aún escapa a todo intento de definición. Con todo, ¿puede la ciencia prescindir de esta palabra? El uso frecuente de la misma pone en evidencia su utilidad a la hora de describir la realidad interna y el comportamiento. Se la utiliza para hacer referencia a la naturaleza de los humanos, de otros seres vivos e incluso a las características de los objetos, muchos hablan de inteligencia pero pocos saben realmente de lo que se encuentran hablando.

La inteligencia ha sido abordada y estudiada ya desde la antigua Grecia, desde entonces, cada nueva perspectiva de la inteligencia ha utilizado sus propias técnicas de análisis y ha aportado una definición concreta. En la sociedad moderna, y como señala Sastre, en el proyecto de cátedra no publicado escrito el año 1999, el primer autor en ofrecer un concepto de inteligencia fue Taine, el año 1870 en la obra titulada “Inteligencia”, quien entendía la inteligencia como el conjunto de “actividades cognitivas” tal como las describe la psicología actual, y consideraba que la máquina humana transformaba las fuerzas físicas en sensaciones y éstas, en ideas. No obstante y yendo mas allá de la teoría energética de Taine, se observan diferentes modos de abordar las diferentes teorías de la inteligencia. Así por un lado, Huteau, en el artículo escrito el año 1990 titulado “La variedad de formas y componentes de la inteligencia” señala que son tres las principales corrientes de la inteligencia: (1) Estructuralista. Que tiene como objetivo principal el estudio de la organización de las aptitudes intelectuales y cuya técnica de estudio es el análisis factorial. (2) Funcionalista. Que estudia la actividad intelectual en términos de procesamiento de la información. (3) Genética del desarrollo. Cuyo máximo exponente es la perspectiva constructivista piagetiana, que se basa en tres aspectos: (a) la naturaleza biológica de la inteligencia, (b) el individuo es el protagonista del desarrollo de su inteligencia (constructivismo) y (c) el desarrollo proviene de la interacción entre el individuo y el ambiente físico y social. Por otro lado, Sternberg, en el libro escrito el año 1990 titulado “Metáforas de la mente: Concepciones de la naturaleza de la inteligencia”, utiliza las metáforas geográfica, computacional, biológica, epistemológica, antropológica, sociológica y sistémica para estudiar el constructo intelectual. A continuación se presenta la clasificación establecida por los investigadores Sternberg y Kaufman, en el artículo escrito el año 1998 titulado “Habilidades humanas”, que permite reflejar los aspectos más relevantes de la conceptualización de la inteligencia. Los enfoques que se abordan son el biológico y genético, además del psicométrico, dejando para una posterior oportunidad los sistemas complejos y los enfoques contextualizados en la vida cotidiana.

El enfoque biológico busca las relaciones entre el nivel intelectual y los correlatos psicofisiologicos y neuropsicológicos, permitiendo conocer los complejos procesos intelectuales del hombre de una manera no intrusiva. Como señala Deary, en el artículo escrito el año 2000 titulado “Mirando hacia la inteligencia humana”, esta área de investigación presenta una alta actividad, observándose por un lado la existencia de diversos trabajos empíricos y replicas en esta línea y por otro, la necesidad de continuar con los estudios conceptuales que permitan entender y dar respuesta a las correlaciones encontradas entre las diferencias cerebrales e intelectuales. Según Andrés, en el libro escrito el año 1993 titulado “La inteligencia como fenómeno natural”, históricamente el estudio biológico de la inteligencia se divide en tres etapas: (1) Desde finales del siglo diecinueve hasta principios del siglo veinte. En este periodo la antropología, la craniometría y los hallazgos clínicos intentaban explicar las diferencias raciales y culturales a partir de los estudios evolutivos de otros animales de escala filogenética inferior. (2) Desde principios hasta la mitad del siglo veinte. En esta etapa se inicia el estudio sistemático de las relaciones existentes entre los índices biológicos y el cociente intelectual. No obstante, y debido a la importancia de la investigación psicométrica, concentrada en los estudios factoriales, el enfoque biológico de la inteligencia pierde fuerza y se sitúa en segundo plano. Sin embargo, el trabajo de Hebb, escrito el año 1949 titulado “La organización del comportamiento”, postula la existencia de dos significados distintos del término “inteligencia”, donde la inteligencia “A” es una propiedad innata o genotipo, y la inteligencia “B” se refiere a la relación entre la genética y el entorno o fenotipo, provoca en la época un aumento del estudio de la inteligencia “A” o biológica.

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