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jueves, 27 de julio de 2017

El moco de babosa inspira un nuevo tipo de pegamento quirúrgico


El moco que segregan las babosas ha servido de inspiración a un grupo de investigadores para desarrollar una nueva sustancia pegajosa pero flexible que sirve para sellar de manera eficaz las heridas resultante de una cirugía, según un estudio que publica hoy Science.

Los tejidos biológicos son superficies húmedas y móviles por eso es muy difícil desarrollar adhesivos adecuados y los existentes pueden ser tóxicos para las células, pegarse poco a los tejidos o no ser aptos para uso en entornos húmedos.

Investigadores del Instituto Wyss de la Universidad de Harvard (EE.UU.) han creado un adhesivo resistente, superfuerte y biocompatible que fija los tejidos "con una fuerza parecida a las propia resistencia del cartílago del cuerpo humano, incluso cuando está mojado", según un comunicado.

El equipo dirigido por Juanyu Li se fijó en el moco defensivo que secretan las babosas de la especie Arion subfuscus cuando se siente amenazadas, que las fija a la superficie y hace muy difícil que el depredador pueda despegarla.

Ese tipo de baba les sirvió de inspiración para desarrollar una familia de adhesivos resistentes que imitan las propiedades de la baba, compuestos por un matriz dura, aunque flexible, y una superficie adhesiva que contiene polímeros con carga positiva.

Los polímeros se adhieren a las sustancias mediante una serie de mecanismos físicos, incluyendo enlaces covalentes entre átomos, que los hacen particularmente pegajosos, por lo que el nuevo adhesivo se fija con fuerza a la piel, cartílago, corazón, arterias e hígado del cerdo y no resulta tóxico para las células humanas.

Los expertos usaron ese pegamento para sellar un defecto en el corazón de un cerdo cubierto de sangre y se ajustó bien al órgano del animal sin mostrar fugas incluso cuando este se expandía.

El producto también se ensayó en experimentos con ratones en los que se simulaban una cirugía de emergencia con pérdida súbita de sangre en el hígado y no causó daños en los tejidos aplicados ni en los circundantes.

"La cualidad clave de nuestro material es una combinación de una fuerza adhesiva muy fuerte y la capacidad de transferir y disipar el estrés" producido por dicha fuerza, algo que no se había logrado hasta ahora en un adhesivo, señaló en un comunicado otro de los autores del estudio Dave Mooney.

El nuevo adhesivo puede tener múltiples aplicaciones en el campo médico, ya sea como un parche que puede cortarse al tamaño necesario y aplicarlo en heridas superficiales, como solución inyectable para lesiones más profundas o para adherir un dispositivo médico a un órgano, indica el estudio.

"La naturaleza, con frecuencia, ya ha encontrado soluciones elegantes a los problemas comunes. Es cuestión de saber dónde mirar y reconocer una buena idea cuando la ves", señaló el director de la Fundación Wyss, Donal Ingber

domingo, 23 de julio de 2017

Desarrollan bicicletas que limpian el aire de esmog


El diseñador holandés Daan Roosegaarde y la firma china de bicicletas de alquiler Ofo están desarrollando unos velocípedos capaces de purificar el aire que respiran sus usuarios, algo muy útil en las contaminadas ciudades del país asiático.

Según relata hoy el oficial Diario del Pueblo, un prototipo de estos vehículos está siendo elaborado en colaboración con ingenieros de la Universidad china de Tongji y se espera llevarlo a las calles
antes de finales de año, primero en las ciudades chinas y más tarde en las europeas.

"El objetivo final es tener alrededor de 2,5 millones de bicicletas 'libres de esmog' en una ciudad como Pekín, para ayudar a reducir la polución entre un 5 y 15 por ciento en los próximos dos años", señaló Roosegaarde.

El holandés ya diseñó con anterioridad revolucionarios sistemas para la purificación del aire en urbes contaminadas, como una torre de siete metros capaz de filtrar en un día un volumen equivalente al que ocupa un estadio de fútbol, y que presentó en Pekín el año pasado.

Las nuevas bicicletas tendrán un aparato en su parte delantera que limpian el aire mediante ionización y lo expelen a la altura de la cara del ciclista, por lo que éste podrá usarlas incluso en días de altos niveles de esmog, en los que las autoridades recomiendan a los ciudadanos que no hagan ejercicio físico en la calle.

Mediante la ionización, partículas extremadamente finas que no pueden ser filtradas por métodos convencionales reciben una carga positiva que es posteriormente atraída por una superficie de carga
negativa.

Los niveles de contaminación en las ciudades chinas empeoraron en la primera mitad de este año con respecto al mismo periodo de 2016, debido principalmente a la grave presencia de esmog en enero y febrero, según reconocieron las estadísticas del Ministerio de Protección Ambiental de China divulgadas esta semana.

viernes, 7 de julio de 2017

Científicos chinos crían primer perro del mundo clonado con edición genética



Un grupo de científicos chinos ha criado al primer perro del mundo clonado con células somáticas -las no reproductivas- y con edición genética, según un informe que cita este jueves la prensa estatal china.

"Es ventajoso poder combinar la tecnología de clonación con la edición genética y China ha tomado la delantera", afirmó en declaraciones al Diario del Pueblo uno de los investigadores del informe y que han llevado a cabo el hallazgo, Lai Liangxue.

Este equipo de científicos del Instituto de Biomedicina de Cantón, liderado por Lai y supervisado por la Academia de las Ciencias de China, ha utilizado tecnología de edición genética CRISPR/Cas9 -la más moderna que existe- para conseguir el primer perro clonado de la raza beagle.

A pesar de que Corea del Sur fue el primer país en clonar a un perro con células somáticas, aquellas que se encuentran en todo organismo vivo diferentes de las reproductivas, China le ha arrebatado del puesto en lo que a modificación genética se refiere.

La técnica CRISPR, que apareció en 2013 y cuya patente fue concedida al Instituto Broad de Boston, es utilizada para crear modelos animales en los que poder estudiar enfermedades raras o genéticas hasta ahora incurables.

"Con esta tecnología, con la que se seleccionan ciertos genes del perro, podemos criar a un animal con más músculos, mejor sentido del olfato y mayor habilidad para correr, lo que es muy bueno para cazar o para uso policial", explicó Lai.

Asimismo, el investigador subrayó que los perros siempre han sido considerados como una de las especies más difíciles de clonar por la calidad de sus células ováricas, "relativamente pobres", y por un proceso de clonación del embrión "complicado".

Según el científico, la edición genética en perros podría comercializarse en un futuro y usarse más adelante para la investigación y tratamiento de enfermedades caninas. (06/07/2017)

miércoles, 5 de julio de 2017

La anticiencia es practicada por personajes irresponsables que inventan sus propias teorías sin dar paso a la razón.



El cambio climático es una patraña inventada por los chinos. Las vacunas provocan autismo. El alma se trasplanta. La energía eólica es mala para la salud. Fumar no es malo para la salud. Las terapias alternativas, que incluyen homeopatía o reiki, curan el cáncer.

Estas afirmaciones son absolutamente falsas. No hay una sola prueba científica de que sean ciertas. De hecho, cientos de estudios realizados por miles de investigadores en todo el mundo han llegado a la conclusión de que el cambio climático es real y está provocado por la acción humana, de que las vacunas no provocan autismo, de que el tabaco mata y de que las llamadas “terapias alternativas” no tienen ningún efecto real más allá del placebo. Sin embargo, ni siquiera toda la fuerza de la Ciencia y la Razón, con mayúsculas, es capaz de frenar el avance de la anticiencia, que se alimenta de la irresponsabilidad de presentadores y famosos, de columnistas de diarios, y hasta del Presidente y el Vicepresidente del país más poderoso del mundo, que probablemente tiene el récord mundial de patadas a la ciencia (en un ámbito local, ¿no se le viene a la memoria eso de que el “sol se esconderá?”).

La ciencia y la tecnología han logrado cotas de progreso económico y social nunca antes vistos en la historia de la humanidad. Gracias a la ciencia, en los países desarrollados se puede disfrutar de luz, agua corriente, calefacción y aire acondicionado; es posible transportarse hacia el lugar de trabajo y viajar con relativa comodidad a países remotos; se puede confiar en que, si se vacuna a los niños, se los protege de las enfermedades que en otros momentos de la historia, y en otros lugares del mundo, matan a miles de personas; y se puede usar internet y los potentes “smartphones” para ignorar toda esta información y decidir que se vivía muchísimo mejor en la Edad Media. Sin medicamentos, sin vacunas, sin energías alternativas, sin transgénicos, sin antenas de telefonía y wifi, sin información contrastada científicamente. Sin progreso.

Los defensores de la anticiencia suelen basar sus paranoias en dos ideas. Una es que existe una conspiración mundial —en la que están implicados periodistas científicos, divulgadores, investigadores, organismos como la OMS, y compañías energéticas, farmacéuticas y de telecomunicaciones— destinada a negar los perjuicios de la ciencia oficial y los beneficios de la investigación alternativa. Solo por nombrar un simple ejemplo, la homeopatía ha tenido dos siglos para demostrar científicamente que funciona y aún no lo ha logrado. La otra idea es que la ciencia falla. Y por supuesto que es así.

El método científico implica construir una hipótesis, testarla, analizar los resultados y llegar a una conclusión, que posteriormente será revisada por investigadores del mismo campo, para finalmente publicar los resultados en una revista científica. El estudio que vinculaba las vacunas y el autismo había pasado todos esos filtros y resultó ser un fiasco. El médico implicado falseó los resultados, pero se descubrió poco después, cuando investigadores independientes intentaron reproducir sin éxito sus hallazgos. El método científico falló, sí, eso es cierto, pero también fue ese método el que permitió que se conociera lo que realmente ocurrió con la investigación. No es perfecta, pero es lo mejor que se tiene. ­­l