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domingo, 2 de diciembre de 2012

Para competir, la biotecnología es imperativa

Con la Ley Madre Tierra recientemente aprobada y propuesta por el Gobierno en el que en uno de sus acápites prohíbe el uso de semillas transgénicas, Bolivia quedó en la encrucijada de seguir creciendo o retroceder hasta quedar estancados en términos de exportación, competitividad y garantizar la seguridad alimentaria. Más aún cuando se abre el telón de ingresar incluso al Mercado Común del Sur (Mercosur). "No podemos ser productores ineficientes. Hay que discutir entre todos y encarar seriamente esta situación", sintetizó Julio Roda, ejecutivo de la Cámara Agropecuaria del Oriente, CAO. Todas estas incertidumbres, tanto expertos en el tema, productores graneleros del país y analistas, abordaron durante la semana reivindicando que el país no tiene otra opción que producir sosteniendo y fomentando la biotecnología a fin de garantizar la competitividad comercial y garantizar la seguridad alimentaria del país.

Una historia para contar. Para César Lactaso, de la propiedad de Canán, al norte de Santa Cruz, (municipio de San Pedro) cambiar la cadena productiva actual dejando de lado los transgénicos sería catastrófico. “Ni pensarlo”, dice el soyero grande cuyo cultivo supera las 700 hectáreas de soya, que alternativamente combina con el sorgo y algo de maíz. "Para empezar no hay variedades tradicionales de soya disponible. La gran mayoría de los campos agrícolas asienta su producción con los transgénicos. Yo creo que un 99% son soyas transgénicas. Si volviéramos al sistema tradicional, para empezar no va haber semillas ni tecnología para dar un paso atrás y buscarla. Eso tiene que ser multiplicando esas semillas nuevamente y adaptar al suelo para poder retroceder", explica el experto agricultor.

En ese contexto, Lactaso no ve viable que se vaya a retroceder. "De hecho si el Gobierno implementa esta ley en lugar de dar un paso adelante estaríamos dando tres pasos atrás y así, perderíamos demasiado competitivamente hablando y sobre todo exigiría utilizar más insumos y diversos para poder combatir enfermedades como la roya, que nos ha costado mucho superarlos", precisó.

Pero para los medianos y pequeños productores la situación sería catastrófica. “Nosotros como pequeños productores, hace muchos, años hemos logrado estabilizar nuestros estándares de producción con los transgénicos. Nos facilita mucho, por ejemplo con el uso del Glifosato (agroquímico) nos permite producir a menor costo la soya por tonelada", señaló Andrés Cruz, productor soyero de la zona de Canandoa al norte del municipio de San Pedro.

Este criterio es compartido por Gilberto Aguanta, gerente técnico de Anapo, dice que si bien el rendimiento por hectárea es el mismo que con el sistema convencional, pero el costo y las facilidades están en que solamente utiliza un solo agroquímico como el Lifosato y basta de otros insumos hasta el momento de la cosecha. “Entre las transgénicas la Monasca se ha posicionado con un alto potencial de rendimiento, hay lotes espectaculares que han salido de 6,5 toneladas de producción por hectárea. Esto se ha registrado principalmente en la zona este", destacó.

En la élite dirigente. Tanto la Cámara de Industria y Comercio de Santa Cruz (Cainco), la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) y Anapo, han expresado su preocupación y de manera técnica y solvente han especificado estos días que el uso de la biotecnología, más aún para países con bajos índices de desarrollo como el nuestro, no existe otra alternativa de sostener una producción sostenible a través de la biotecnología y los transgénicos.

"En base a estudios de los organismos mundiales de la salud el 2050 se va a requerir el doble de los alimentos que hoy demanda el mundo. Obviamente, Bolivia no puede quedar fuera de ese desarrollo tecnológico que existe. Ese compromiso de los productores de producir alimentos no ha cambiado. Al contrario, para eso nosotros requerimos obviamente del uso de transgénicos", destacó Julio Roda, presidente de la CAO.

Por su parte Anapo, a través de su presidente Demetrio Pérez, manifestó que dejar de lado la producción transgénica y retroceder a lo que era antes del 2005 con la siembra y cosecha convencional de soya, nuestro país podrá generar pérdidas de alrededor de 60 millones de dólares anuales.

"El país debe usar la biotecnología para el mejoramiento de las semillas que permita incrementar la producción a menores costos de producción y buscar ser competitivos internacionalmente como país. Por eso necesitamos sostener e introducir si fuera posible nuevas variedades para optimizar y abaratar nuestro costo de producción y no podemos quedar fuera como país”, señaló.

Para Aguanta, la biotecnología ha logrado en el caso de Brasil, tener nuevas variedades que están revolucionando el agro del primer país del mundo con semillas resistentes incluso a la sequía.

"Sin duda la herramienta principal para conseguir una buena producción es el uso de la biotecnología, incluso ayuda a superar problemas de suelo, agua y los temas de la sequía como sucede en el Brasil, donde ya no utilizan el lifozato, ya pasaron a otra etapa", destacó Aguanta.

Más atenuantes. Otros ejemplos apuntan y justifican la importancia de sostener y enfatizar la biotecnología. Según datos de Anapo, el 2011 en una campaña anterior, en el rubro del maíz, se ha tenido que fumigar seis veces lo cual implicó botar químicos nocivos al medio ambiente y la salud de los mismos agricultores. "Lo que queremos es respetar las leyes, hacer los pasos correctos sin dañar los productos originarios, lo hemos dicho siempre y que en esa medida nos permitan competir con los países vecinos en calidad y eficiencia", argumentó Roda

Retrasos al fin. Además de los retrocesos en cuanto a calidad, eficiencia y bajo costo en la producción esgrimidos por los productores, ven inviable volver atrás por el hecho de que las empresas transnacionales han agotado la variedad de semillas convencionales. Según datos de Anapo, Argentina; por ejemplo, produce alrededor de 11,5 toneladas por hectárea con semilla transgénica, en cambio, en nuestro país, donde todavía estamos con dificultades en este producto no pasamos de las 4,5 toneladas promedio.

Un sueño competir. Casi al unísono la semana que pasó el sector oleaginoso productivo de Santa Cruz ha manifestado además de su preocupación, las dificultades técnicas si acaso Bolivia ingresa al Mercosur. "No estamos en condiciones de competir", esa fue la reflexión de los empresarios, analistas e involucrados en el tema.

En cambio, Marcelo Traverso, presidente de la Asociación de Proveedores de Insumos Agropecuarios (APIA) señaló que enfatizar en la investigación en biotecnología y una legislación que regule y controle su uso permitirán el desarrollo sostenible de la actividad agrícola en el país.

Fortaleza
Los beneficios de un país competitivo a base de la biotecnología

Glifosato. La tecnología transgénica es una herramienta de complemento, que engrana dentro de la agricultura sustentable y conservacionistas.

Beneficios. Resulta positiva para el medio ambiente, con las técnicas de “siembra directa” y “rotación de cultivos”.

Necesidad. Necesidad de tener políticas sectoriales para usar transgénicos en el país con criterios de sostenibilidad.

"Ya estamos retrasados en tecnología transgénica en agricultura en Bolivia. En Brasil hay como siete eventos aprobado. En la Argentina cinco eventos están anunciando semillas resistentes a la sequía".

Gilberto Aguanta
Gerente Técnico De Anapo

"Es recomendable el uso de la biotecnología y para ello debemos fomentar la investigación y la aplicación de normas regulatorias que den sustentabilidad al sector".

Marcelo Traverso
Presidente De Apia

"Trabajaba con soya tradicional, hasta que apareció la soya transgénica, comprobé que entonces gastaba menos en herbicidas, diésel y agua; hoy tengo 500 hectáreas, y el 95% es soya transgénica".

Edmundo Aspeti
Productor soyero del norte cruceño

"Es que el uso del transgénico es una alternativa para que el agricultor siga produciendo. Nos permite crecer como medianos y pequeños productores. Lo contrario sería un daño muy grande para el país".

Benedicto Zurita
Alcalde de San Pedro

Punto de vista

"Todos debemos apuntar hacia la biotecnología"

'Lo que queda claro es que a nivel mundial en las exportaciones del mercado internacional prima que los productos agrícolas y pecuarios requieren transgénicos. Ese ha sido uno de los factores que ha incrementado bastante la producción a nivel mundial frente a la gran demanda de alimentos que existe a nivel global. En nuestro caso es mucho más necesario e importante apuntar hacia la biotecnología cuando se nos viene el ingreso al Mercosur.

Producir con transgénicos sería la única opción para tener de alguna manera posibilidades de integrarnos a ese mercado y abrirnos al mercado mundial. Y si entramos no va a ser para vender nuestro producto al Mercosur, sino por medio de ello llegar al contexto mundial ya que tiene abiertas las puertas tanto Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay.

Entonces, en ese tema el Gobierno tiene que evaluar correctamente la Ley Madre Tierra y hacer lo que el presidente (Evo Morales) ya dijo que se llegaría a revisar. Sería un retroceso terrible y sin precedentes a la seguridad alimentaria con altos costos sociales y económicos para el sector y para el país. Así como vamos estamos atrasados en la incorporación de biotecnología. En ello debe involucrarse a todas las universidades públicas y privadas.

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