lunes, 24 de diciembre de 2012

La “máquina de Dios” entra en mantenimiento hasta 2015

El acelerador de partículas elementales más grande del mundo, el Gran Colisionador de Hadrones (LHC), de la Organización Europea de Investigación Nuclear (CERN), ha suspendido las operaciones por 20 meses para un proceso de modernización que le permitirá incrementar su potencia de ocho a 14 teraelectronvoltios.

La noticia ha sido anunciada por el propio equipo del LHC en su página web, en la cual ha dejado este mensaje: “Concluidas las operaciones de 2012. Volveremos a vernos pronto para las colisiones p-Pb (protones contra núcleos de plomo) en 2013. Las colisiones de alta energía protón-protón se reanudarán en 2015”.

El LHC se despide tras haber cumplido su objetivo: detectar rastros de una partícula elemental con características similares a las del bosón de Higgs, el pasado verano.

Se trata del último elemento que faltaba en el modelo estándar de física de partículas.

El acelerador es un anillo de 27 kilómetros ubicado en la frontera entre Francia y Suiza y valorado en casi 6.300 millones de dólares. Se puso en marcha en 2008 y, con una que otra pausa técnica, estuvo operativo durante unos tres años, en los cuales generó choques de protones de energía cada vez mayor.

6.000 billones de choques

El CERN ha señalado que, en este tiempo, el LHC ha realizado 6.000 billones de choques y que, de éstos, 400 produjeron resultados compatibles con partículas similares al bosón de Higgs.

“El trabajo del LHC ha superado todas las expectativas en los últimos tres años y ha hecho logros fantásticos”, ha señalado en un comunicado el director del acelerador, Steve Myers.

Los choques se iniciaron en 2008 a bajas energías y fueron aumentando paulatinamente, hasta la actualidad, cuando los dos haces circulaban a una energía de cuatro teraelectronvoltios, por lo que los choques se produjeron a una energía de ocho teraelectronvoltios.

Con las nuevas mejoras técnicas y el aumento de energía se espera poder observar otros fenómenos que confirmen definitivamente la existencia del bosón de Higgs.

En el recuento también ingresa el fallo de los tribunales que ha echado un buen jarro de agua fría a la mujer alemana que demandó al CERN por temor a que el acelerador de partículas, también conocido como la “máquina de Dios”, pudiera crear un gran agujero negro que acabase con todo lo que conocemos y precipitase el fin del mundo.

El Tribunal Administrativo Superior de Münster rechazó todas las pretensiones de la demandante, que buscaba que se paralizara el acelerador, y dictaminó que no hay ninguna evidencia de que el trabajo científico de las instalaciones suponga un peligro para la seguridad pública.

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