martes, 15 de enero de 2013

La nueva química crea su nomenclatura

París, 1787.- Fue publicado aquí una nueva obra del químico Lavoisier, titulada “Métodos de Nomenclatura Química”. El científico, para esta edición, contó con la colaboración de Guytón de Morveau, Fourcroy y Berthollet.

“Esta obra establece las normas que se utilizan para denominar cada compuesto en base a los elementos que contiene. La idea fundamental es la de identificar la composición química con el nombre asignado”, explicó un químico.

“Lavoisier ya había asentado las bases de una nueva química y empezó a trabajar con la claridad que lo caracteriza, en el establecimiento de nuevas reglas de nomenclatura. En 1783 había establecido la noción de cuerpo puro, al verificar con sus experiencias que el agua no pierde sus propiedades sometida a sucesivas destilaciones. Y descubrió la composición del agua por análisis y síntesis, siendo el primero que dio nombre al hidrógeno (que en griego significa ’da origen al agua’)”, agregó.

En ese mismo año escribió su “Tratado de Química”, que por su estilo diáfano y perfecta lógica ganó la adhesión a sus teorías de los principales químicos de Europa. En la actuali-dad todos comparten su opinión de que no se puede seguir dando distintos nombres a los elementos y basarse en la memoria para realizar miles de combinaciones, sino que es necesario establecer un orden científico.

“Ya que las palabras son las que transmiten una idea, no se puede perfeccionar la ciencia sin perfeccionar el lenguaje. Y si carecemos de las expresiones exactas para exponerlas, sólo transmitiríamos ideas falsas, por más ciertos que fueran los hechos y por más verídicas que fueran las conclusiones originadas en ellas”, expresó Lavoisier en una reciente conferencia. “Ahora la química tiene su método, su idioma y sus leyes universales, como todas las grandes ciencias”, comentó uno de sus discípulos.

Lavoisier también fue una las víctimas de la ola de terror que desató la Revolución Francesa. El sabio fundador de la Química Moderna fue arrestado y condenado a muerte en la guillotina junto a otros arrendatarios. Pero antes de ser ejecutado pidió que se le conceda dos semanas más de vida, para terminar un experimento sobre la química de la transpira-ción.

A lo que el juez respondió:

–Denegada la solicitud. La República no necesita académicos.

Al día siguiente fue guillotinado, y su amigo Lagrange, que presenciaba la ejecución, con gran tristeza, dijo:

–Ha bastado un momento para hacer caer esa cabeza, y tendrán que pasar siglos para que haya otro Lavoisier. De El Chasqui.

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