domingo, 13 de enero de 2013

La clonación de mamuts

¿Se imagina un zoológico donde la estrella no sea un oso panda, un gorila blanco, sino un mamut? ¿Se imagina un parque natural que recorran a sus anchas animales extinguidos hace casi 4.000 años? ¿Se imagina el retorno a nuestro planeta de los parientes lejanos de los elefantes?

No se trata de una nueva entrega de la saga Parque Jurásico de Steven Spielberg, sino del milagro de la clonación. Bueno, no de un milagro, pues, de acuerdo con algunos científicos, el retorno de los mamuts ya no es una cuestión ni de imaginación ni mucho menos de intercesión divina, sino un sueño al alcance de la mano.

“Muchos especialistas consideran que los mamuts fueron exterminados por el hombre. Hace miles de años la desaparición de los mamuts y de otros miles de herbívoros provocó una catástrofe ecológica en el hemisferio norte. Por ello, estoy profundamente convencido de que hay que intentar devolver a la tundra a esos elefantes lanudos”, aseguró Semión Grigoriev, director del Museo del Mamut de la república siberiana de Yakutia.

Células intactas

Este paleontólogo ruso no es el primero al que se le pasa por la cabeza clonar a los mamuts, pero sí el último en encontrar restos del legendario paquidermo en buen estado.

“Lo importante es que las células estaban intactas. Las extrajimos del hielo perpetuo que se encuentra bajo tierra, donde la temperatura está siempre bajo cero. No lo había hecho nadie antes. Nada más encontrarlas las congelamos para evitar que resultaran dañadas. Esto es muy importante, ya que durante la descongelación las células se deterioran muy rápido. En el lugar de la expedición, la localidad de Mus-Jaya (Montaña de Hielo en yakuto), montamos un laboratorio de campaña y pudimos comprobar visualmente por microscopio que los núcleos de las moléculas estaban íntegros”, afirma.

La expedición encabezada por Grigoriev encontró tejidos adiposos y suaves, lana, grasa y médula ósea de mamut en uno de los numerosos pasadizos subterráneos construidos por los aldeanos de la zona para encontrar los preciados colmillos de mamut.

Y es que Yakutia, donde casi la mitad del territorio se encuentra dentro del Círculo Polar Ártico, es decir, bajo hielos perpetuos, se ha convertido en el mayor cementerio de animales prehistóricos del planeta.

Vivió hace 3.500 años

“¿Por qué el mamut? El mamut no es un animal cualquiera. Es un símbolo de la fauna prehistórica, ya que vivía en todas partes y coincidió en el tiempo con el hombre. El último ejemplar murió hace unos 3.500 años”, afirma.

El siguiente paso será corroborar que entre los restos de mamut encontrados hay células que son capaces de reproducirse de manera autónoma o, en su defecto, núcleos celulares en buen estado con el ADN íntegro, ya que los cristales de hielo suelen dañar las biomoléculas.

El director del museo comentó que viajaría a Seúl, donde están los mejores especialistas del mundo en clonación animal, entre ellos el Doctor Clon, como es conocido el famoso científico surcoreano Hwang Woo-suk, experto en células madres y en clonación animal.

Algunos creen que Grigoriev ha pactado con el diablo, ya que Hwang, un pionero en este terreno al clonar en 2005 a un perro, Snuppy, fue acusado y condenado a prisión por falsificar pruebas sobre células madres para confirmar sus atrevidas teorías sobre clonación humana.

El escándalo le costó la vergüenza nacional y el ostracismo internacional, pero ahora ha vuelto por sus fueros para prestar todo su conocimiento a la clonación de los mamuts.

“El profesor Hwang está convencido de que, tarde o temprano, lograremos revivir a los mamuts y nos ha contagiado con su fe. Él mismo bajó a las catacumbas a buscar, pese a que era algo arriesgado, ya que continuamente nos caía tierra encima”, señala Grigoriev. El propio científico surcoreano ha declarado que “éste será un importante punto de inflexión hacia la clonación del extinto mamut”.

Los expertos consideran que clonar un mamut es posible, ya que las células de ese animal pueden encontrarse no sólo en la sangre o en los órganos internos, sino también en la piel y en los huesos.

Dudas

Ésta no es la opinión de Serguéi Kisiliov, jefe del Laboratorio de Células Madre del Instituto de Genética de Rusia, quien opina que “para empezar, la elefanta puede reaccionar mal, ya que el sistema inmunológico del mamut es desconocido para ella. Después, una vez nacido, podría no sobrevivir, ya que la naturaleza del planeta y su dieta serán diferentes a los que conocieron sus antepasados. Además, en el mundo existen nuevos virus contra los que sus microorganismos pueden no ser inmunes”.

Por ello, Kisiliov aboga por clonar a animales vivos, pero que están en peligro de extinción, como el tigre siberiano.

“En el caso de los tigres, su ADN es conocido y ya ha sido congelado, por lo que su clonación debería ser mucho más simple”, agrega Kisiliov. Ésa es también la postura de las organizaciones defensoras de los animales. “La clonación de mamuts no contribuye a la conservación animal, ya que es una utopía científica. Existen otras formas de proteger las especies”, señaló Vladimir Krever, representante en Rusia del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF)

Mientras, el instituto Roslin, que clonó a la oveja Dolly, también alberga serias dudas sobre la clonación de los mamuts. Sus expertos opinan que, desde el punto de vista de la compatibilidad biológica, la mejor madre sustituta sería una vaca y no una elefanta, pero está el problema del tamaño. Y añaden que el porcentaje de éxito en la clonación de especies vivas es, a día de hoy, del 1%.

En lo que coinciden muchos expertos es que la clonación de animales grandes como el mamut es tanto una cuestión de tiempo como de dinero.

“Es un problema técnico. Se necesitará más de un centenar de elefantes para obtener el resultado deseado, ya que éstos sólo tienen una cría por cada embarazo. El proceso de clonación debe repetirse muchas veces en las elefantas y sus descendientes hasta lograr un clon lo más parecido posible a un mamut lanudo”, apunta Kisiliov.

Al igual que la Iglesia, Grigoriev considera que clonar a un ser humano sería “amoral”, pero ése no es el caso de la clonación de los mamuts. “Esto es un experimento científico que tiene derecho a existir. Si los mamuts fueron exterminados por nuestros antepasados, toda la humanidad es responsable de su desaparición”, asegura. (EFE Reportajes)

La clonación de mamuts no contribuye a la conservación animal, ya que es una utopía científica. Existen otras formas de proteger a las especies.

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