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miércoles, 2 de enero de 2013

La fructuosa podría causar obesidad



Un grupo de científicos usó imágenes tomadas por resonancia magnética para demostrar por primera vez que la fructuosa, un tipo de azúcar cada vez más común en la dieta estadounidense, puede provocar cambios en el cerebro que podrían llevar a comer en exceso.

Después de tomar una bebida endulzada con fructuosa el cerebro no estimula la sensación de saciedad como lo hace cuando se consume glucosa simple, según los científicos, quienes pertenecen a una investigadora federal estadounidense. .

El estudio es pequeño y no demuestra que la fructuosa, o su pariente, el jarabe de maíz de alta fructuosa, pueden causar obesidad, pero los expertos señalan que agrega evidencia de que podrían influir en ello. Estos azúcares suelen ser agregados a los alimentos y bebidas procesados, y su consumo ha aumentado exponencialmente desde la década de 1970, al igual que la obesidad. Una tercera parte de los niños y adolescentes y más de dos terceras partes de los adultos estadounidenses son obesos o tienen sobrepeso.

Los azúcares son diferentes, incluso aunque contienen la misma cantidad de calorías, porque se metabolizan de diferente manera en el cuerpo. Por ejemplo, sl azúcar blanca se llama sacarosa, tiene mitad de fructuosa y mitad de glucosa. El jarabe de maíz de alta fructuosa tiene 55% fructuosa y 45% glucosa. Algunos expertos en nutrición señalan que este endulzante podría representar riesgos especiales, pero otros y la industria alimenticia rechazan esa afirmación. Los médicos simplemente dicen que comemos demasiada azúcar en todas sus formas.

Estudio. Para el estudio los científicos usaron imágenes tomadas por resonancia magnética (MRI por sus siglas en inglés) para revisar el flujo sanguíneo en el cerebro en 20 personas jóvenes con peso normal antes y después de que consumieran bebidas con glucosa o fructuosa durante dos sesiones, con varias semanas de diferencia.


Las imágenes captadas mostraban que beber glucosa “apaga o suprime la actividad de las zonas del cerebro que son cruciales para el apetito y la saciedad por los alimentos”, dijo uno de los líderes del estudio, el médico endocrinólogo de la Universidad de Yale Robert Sherwin. Con la fructuosa “no vemos esos cambios”, dijo. “Como resultado el deseo de comer continúa, no se apaga”.

Lo que se recomienda es cocinar más en casa y limitar los alimentos procesados que incluyen fructuosa y jarabe de maíz con alta fructuosa, sugirió Purnell. “Traten de evitar las bebidas endulzadas, esto no significa que nunca las puedan tomar”, pero sí que se debe controlar su ración y la frecuencia con la que se consumen, dijo.

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