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martes, 23 de julio de 2013

El lenguaje “erótico” de las luciérnagas

El fenómeno de las luciérnagas que despedían destellos sincronizados se consideraba característica exclusiva del Sudeste Asiático. Fue así que el etólogo John Copeland, de la Southern University de Stateboro, en Georgia, realizó interesantes estudios en ejemplares únicos en el mundo, luego de pasar varias temporadas en Asia.

DESTELLOS EN LA NOCHE

Lynn Faust, que vive no lejos del límite entre Tennessee y Carolina del Norte, al leer que dichas luciérnagas eran localizadas sólo en tierra asiática, informó que, desde hace 40 años, su familia asiste en la primavera a un espectáculo similar, que se desarrolla para su maravilla en las Smoky Mountain.

Enjambres de luciérnagas que responden al nombre científico de “photinus carolinus” levantan vuelo al caer la noche, titilan cinco a seis veces al mismo tiempo y después hacen una pausa de casi 20 segundos. Más tarde retornan, varias veces, todas juntas y, por último, apagan sus luces y descansan durante toda la noche.

Las luciérnagas asiáticas tienen un comportamiento diverso: se reúnen en gran número en torno a un árbol y emanan su luminiscencia, obteniendo la fantástica imagen de un perfecto árbol de Navidad.

Pero, mientras desde hace tiempo se sabe que los destellos lanzados por estos insectos nocturnos por excelencia sirven para favorecer la reproducción, los estudiosos del fenómeno en Asia, y ahora también en Estados Unidos, no saben para qué sirve la sincronización.

UN TITILAR “ERÓTICO”

“En el caso de las luciérnagas asiáticas se han aventurado explicaciones diversas –explica Copeland, que desde el año pasado (1993) comenzó a estudiar los ejemplares de Tennessee junto a Andy Moiseff, de la Universidad de Connecticut– pero mi hipótesis es que la sincronización sirve para el reconocimiento de los machos. Las hembras los separan así de los machos de otras especies de luciérnagas, en circulación en ese momento”.

Sin embargo, el motivo de que la sincronización aparezca sólo en Tennessee y en el sudeste asiático, para Copelan aún no es claro.

“Sería muy feliz si pudiera descubrirlo. Esta conducta se verifica por cualquier motivo. Es un comportamiento que consume energía y es muy inusual. Debe existir por fuerza algún aspecto evolutivo”.

Una hipótesis, según Copeland, podrías ser la escasez de hembras de luciérnagas en las zonas en cuestión, y la unión de fuerzas serviría entonces para amplificar el componente erótico del titilar masculino. (ANSA).

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