Devon Carrow-Sperduti, un niño norteamericano de siete años que sufre alergias potencialmente fatales, participa en sus cursos escolares desde su casa, a través de un robot con cámaras. Éste le muestra lo que ocurre en el colegio y al mismo tiempo pone su rostro entre sus compañeros. Debido a sus alergias, el niño debe pasar la mayor parte del tiempo aislado en su casa, puesto que un simple día en la escuela podría matarlo.
La solución vino de la mano de la tecnología: el robot, conectado con su computadora personal, muestra su rostro gracias a una webcam, y al mismo tiempo Devon puede ver a sus compañeros y a sus profesores mediante la cámara frontal del dispositivo.
El robot incluso tiene su pupitre en el aula, y si quiere responder a una pregunta del docente muestra una luz titilante, como si Devon levantara la mano.
René, la madre del niño, contó que el robot es la solución ideal para los problemas de su hijo: “Devon tiene tantas alergias -explicó- que pueden ser fatales para él. Muchas se transmiten por el aire, de modo que no podemos arriesgar su vida dejando que interactúe con otros chicos”.
“Si Dylan, mi hijo mayor, ocasionalmente invita a amigos a casa, tienen que ducharse y cepillarse como si hubieran estado expuestos a radiaciones”, agregó la mujer.
Residente en Buffalo (estado de Nueva York), Devon puede manipular la máquina mediante un control tipo videojuego, para desplazarse a lo largo de los pasillos y el patio del colegio.
Sus padres consideran que los 5.000 dólares invertidos en el robot VGo están bien gastados: “Es como un Devon virtual. Lo ayuda a sentirse integrado y le muestra que debe ir a la escuela como todos los demás niños”, dijo su madre.
La respuesta de los compañeros fue muy positiva: le hablan a Devon a través del robot durante las clases y cuando el niño tuvo que ser internado por una grave reacción alérgica sus compañeros le enviaron postales.
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