viernes, 22 de febrero de 2013

Británicos hallaron las fuentes hidrotermales más profundas

Un equipo de científicos británicos que exploraba el suelo marino en el Mar del Caribe descubrió las fuentes hidrotermales más profundas del planeta, que albergan nuevas especies marinas, incluidos camarones, anémonas y estrellas de mar.

Los biólogos marinos del Centro Oceanográfico Nacional desplegaron un enorme robot a control remoto en la fosa de las Islas Caimán, una compleja zona de fallas transformantes, y lograron hallar los respiraderos hidrotermales a unos 5.000 metros de profundidad. Imágenes de video en vivo vistas por los científicos mostraron columnas de humo negro hirviendo de hasta diez metros de alto.

Bajo la intensa presión marina a dicha profundidad, el robot, conocido como ISIS, logró tomar fotografías de la actividad de las fuentes hidrotermales, como también varias muestras del lugar. Las fuentes hidrotermales son grietas en la superficie de un planeta del cual fluye agua geotermalmente caliente.

En el caso de la Tierra, sólo se descubrieron en los años 70. Desde entonces, los científicos han logrado descubrir cerca de 200 sitios en el mundo, incluidos en el Atlántico Sur y en el océano Antártico.

En el caso de las fuentes halladas en la fosa de las Islas Caimán, los científicos lograron identificar las más profundas del planeta, al ubicarse a 4.968 metros de profundidad o tres millas. El agua expulsada por las fuentes cuenta con una temperatura de 401 grados centígrados, que la convierte en una de las más calientes de la Tierra.

La embarcación desde la que se realiza la expedición, llamada James Cook, utiliza las últimas tecnologías para descubrir y entender el mundo submarino y la vida que allí habita.

Jon Copley, científico jefe de la expedición, afirmó que el descubrimiento de “increíbles columnas minerales” fue una “sorpresa absoluta”. “Inicialmente creíamos que se trataba de un sitio en el que habíamos estado antes, pero parecía tan distinto que pensamos había cambiado. Eventualmente nos dimos cuenta de que parecía distinto porque era diferente”, explicó Copley a la BBC.

“La belleza de trabajar en las profundidades oceánicas es que uno siempre se tropieza con cosas completamente nuevas. Nos enseña cuán poco sabemos, y por algunos minutos, no se trata de ciencia, sino de la maravilla del planeta, algo que estuvo escondido por tanto tiempo”, agregó.

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