jueves, 22 de agosto de 2013

Embriones de tiburón "se hacen los muertos" para evitar a depredadores

Si algo tienen en común todas las especies de animales es que las crías son muy vulnerables, especialmente en cuanto a ataques de depredadores. Por ello, a lo largo de la evolución han ido surgiendo distintas estrategias para mejorar la supervivencia de la progenie. Algunas son muy simples, como tener un gran número de crías con la esperanza de que suficientes sobrevivan. Otras requieren de comportamientos más complejos, como el cuidado parental o incluso la gestación interna.

Y otras pasan directamente por desarrollar respuestas muy específicas que hagan que las crías se puedan defender. Esta ha sido la solución que ha adoptado una especie de tiburón, el tiburón bambú (Chiloscyllium punctatum). Los embriones de esta especie son capaces de detectar a los depredadores incluso dentro del huevo, y modificar su comportamiento para evitar ser detectados.

Lo primero que hay que explicar es cómo ocurre la gestación de estos tiburones. Los huevos se depositan en el substrato, y ahí se desarrollan. Los padres no se ocupan de las crías, sólo visitan la zona de vez en cuando para comprobar en qué estado se encuentra la puesta.

Los embriones, por tanto, van creciendo dentro de los huevos sin ningún cuidado parental. Ya desde los primeros momentos de su desarrollo tienen plena consciencia. Y no eclosionan hasta que han consumido todos los nutrientes que las madres aportan a los huevos.

Mientras van creciendo, son capaces de percibir estímulos del medio. Como todos los tiburones, cuentan con un sentido extra, conocido como "sentido de la línea lateral". Gracias a esto son capaces de detectar variaciones en las corrientes eléctricas del medio, que se producen cuando distintos animales nadan en sus cercanías. Así es como funciona su estrategia de defensa. Al detectar movimientos en el agua que los rodea, reducen su respiración hasta el mínimo. De esta manera, consiguen hacer pensar a los depredadores que se trata de una roca del suelo, y no la puesta de otro animal.

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