sábado, 23 de mayo de 2015

Ballenina: ayuda a la memoria, pero dispara la ‘caza científica’

La ‘caza científica’ de ballenas recibió un impulso inesperado gracias a una investigación japonesa que descubrió que el consumo de carne de cetáceo puede prevenir la demencia y los problemas de memoria. Según los investigadores, los ratones que padecían alzhéimer y que fueron alimentados con una sustancia extraída de la carne de ballena respondieron mejor a varias pruebas que otros roedores amnésicos a los que no se les suministró ballenina, una molécula presente en los músculos de las ballenas.

El profesor Seiji Shioda, de la facultad de farmacéutica, en Hoshi (Tokio), quien lideró el estudio, se prepara para efectuar próximamente pruebas clínicas en humanos. Su trabajo aparece en un momento crucial, porque Japón se encuentra en el banquillo de acusados en la Comisión ballenera internacional (CBI), reunida desde el martes en San Diego (California, EEUU).

Por enésima vez, los negociadores japoneses van a intentar convencer a la CBI de la credibilidad científica de la caza. A pesar de los clamores de protesta internacional, Japón quiere continuar con la captura de cetáceos, "en nombre de la ciencia", a lo largo de las costas del noroeste del Océano Pacífico y en la Antártica.

Una gran parte de esta carne, rica en proteínas, se queda en las estanterías de los mercados, pues actualmente su consumo ha disminuido. Fue después de 1945 cuando estuvo en boga, pues era necesario alimentar adecuadamente a la población que se encontraba desnutrida. En la temporada 2014-2015, los pescadores del archipiélago tuvieron que renunciar a viajar por la Antártica con arpones, debido a una decisión de la Corte Internacional de Justicia (CIJ).

Crítica desde dentro
La CIJ juzgó en 2014 que Japón interpretaba abusivamente la exención científica de la caza de ballenas, y que en realidad perseguía objetivos comerciales. Esto, teniendo en cuenta que la caza comercial está prohibida desde 1982. El programa de investigación nipón "no explica cómo se define el número de capturas ni responde a los criterios básicos a los cuales deben adherirse los científicos", considera Atsushi Ishii, profesor de política ambiental en la Universidad de Tohoku

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