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miércoles, 22 de julio de 2015

Jardín de Nemo

Que las fresas, lechugas y demás verduras crezcan bajo el mar, puede parecer un cuento de ciencia ficción. Sin embargo, un equipo de buzos de Ocean Reef logró crear lo que podría considerarse la granja más bizarra del planeta, una que está sumergida a cinco y 10 metros bajo el mar.

El proyecto se llama Nemo’s Garden (o el Jardín de Nemo) y durante tres años, quiere comprobar que se pueden sembrar cultivos en lugares donde falta tierra fértil, hay temperaturas extremas o no hay agua fresca. “Estamos buscando encontrar una alternativa económica y tecnológica viable a este tipo de producción al sembrar vegetales que los humanos puedan consumir”, anunció el equipo en la página web X-ray.

Así, amantes del submarinismo lanzaron en el noreste de Italia, un experimento de cultivo submarino de albahaca, con la esperanza de desarrollar el concepto y exportarlo a las costas más áridas del planeta.

"La idea me vino porque quería crear más interacción entre la superficie y el fondo" del mar, explicó Sergio Gamberini, director de Ocean Reef, empresa especializada en los equipamientos de comunicación submarina.

Después de haber plantado semillas en una caja de plástico dentro de un simple globo sólo para hacerse una idea, Gamberini impulsó más seriamente "la granja de Nemo".

Cinco biosferas

Las cinco “biosferas” que construyeron bajo el mar, en la bahía de Noli, en Savona, Italia, parecen un objeto traído del futuro. Son una especie de cápsula que flota en el mar, con un semillero en el interior, que pueden ser monitoreadas desde un centro de control que está en tierra firme.

Así, desde la superficie se podrá saber cómo se están desarrollando los cultivos, cual es el ambiente climático que se tiene dentro de las cápsulas y los encargados del proyecto podrán comunicarse con los buzos que se sumergen a monitorear el proyecto.

Transmisión

Además, el proyecto cuenta con cuatro cámaras que transmiten la información en vivo, desde la biosfera #3 cada semana, para que los curiosos puedan ver como los particulares buzos-granjeros manejan sus cultivos bajo el mar.

Estabilidad térmica

Las campanas de plástico fijas en el fondo, en las que se instalaron clásicos recipientes de abono, generan suficientes burbujas de aire.

La evaporación mantiene bajo las campanas un nivel de humedad de entre 80 y 90 por ciento, la condensación da a las plantas el agua dulce necesaria y ellas mismas regeneran el aire de sus burbujas gracias a la fotosíntesis.

"Cultivar bajo el agua aporta sobre todo estabilidad térmica. El mar conserva la temperatura sin gran diferencia entre la noche y el día", explicó Gianni Fontanesi, responsable de la gestión del proyecto.

A finales del mes de junio, el agua se encuentra a 25ºC y habían unos 29ºC dentro de estos particulares invernaderos, naturalmente protegidos de los insectos y parásitos que entorpecen el crecimiento de las plantas en la tierra.

ALTERNATIVA

Buscan una alternativa económica y tecnológica viable de producción para sembrar vegetales que los humanos puedan consumir.

Innovación

Ocean Reef lanzó en Liguria, en el noreste de Italia, un experimento de cultivo submarino de albahaca, la misma que fue considerada como una de las 20 innovaciones destacadas por Italia en la Exposición Universal de Milán sobre la alimentación.

Liguria agradece este experimento que hizo crecer la albahaca, ingrediente base del pesto local, con una densidad de follaje superior a la media.

Amplían cultivos

"La granja de Nemo" amplió así la experiencia a las lechugas, y prevé plantar este verano champiñones, tomates, fresas y judías.

"A largo plazo, esto podría ser una solución para las regiones costeras más áridas", explica Gamberino, con la condición de obtener técnicas y material que hagan rentables estos cultivos.

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