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domingo, 15 de marzo de 2015

Thomas Edison: 'Eso es lo que a mí me interesa. Fábricas inmensas que funcionan día y noche, la lucha del hombre contra el metal'

En 1889 el cine no era más que un espectáculo de variedades que apenas había echado a andar, pero el concepto de celebridad ya existía y Thomas Alva Edison (1847-1931) encajaba perfectamente en esa categoría. Por eso cuando el periodista Robert Harborough Sherard acompaña a almorzar al inventor estadounidense al restaurante de la Torre Eiffel, durante la Exposición Universal de París de 1889, tiene plena conciencia de que está a punto de vivir un momento especial.

Lo cierto es que se puede trazar un paralelismo entre la torre —inaugurada en marzo de ese mismo año como gran atracción de la exposición— y Edison, ya que ambos eran símbolo de los nuevos tiempos y transmitían cierta petulancia de la modernidad.

Sherard consigue sumergirse en el mundo de Edison, un hombre genial que durante su estancia parisina estuvo rodeado por una corte integrada en igual proporción por admiradores y aduladores. Motivos no faltaban porque en una década este hombre práctico y obsesionado por el trabajo había cambiado la vida de las personas gracias al micrófono de carbono (1877), el fonógrafo (1878), la lámpara de luz incandescente (1879) y la válvula eléctrica (1883), sin contar con que en 1880 había fundado su propia compañía eléctrica (Edison Electric, que luego se transformaría en General Electric).

El mismo año en que se realiza la entrevista, Edison presenta su versión de la película de celuloide y un poco más adelante presentaría el kinetoscopio (1891), que resultó ser el primer paso hacia los proyectores cinematográficos.

Para muchos, esta vertiginosa productividad entrañaba una faceta oscura del inventor, ya que consideraban que se trataba más de un empresario que de un hombre de ciencia, de hecho algunos señalaban su falta de escrúpulos para “inspirarse” en invenciones de otros. Sherard muestra algo de ello en la entrevista, en particular esa preocupación constante de Edison por hacer dinero; sin embargo, no duda a la hora de plasmar en la entrevista que está ante uno de los grandes revolucionarios de la vida de los seres humanos.



Desde el 8 de marzo, La Razón presenta semanalmente a sus lectores la serie “Grandes entrevistas”, una selección de 20 diálogos con personalidades de la política, la ciencia, la cultura, el deporte y otros ámbitos que dejaron huella e hicieron historia. La segunda entrega de la colección, que de seguro usted querrá tener en su biblioteca, está dedicada a Thomas Alva Edison; el texto íntegro lo podrá encontrar en la edición impresa de la revista Escape correspondiente a la fecha.

La próxima semana usted podrá conocer la genialidad de Julio Verne y así, sucesivamente a personajes como Albert Einstein, Karl Marx, Harry Houdini, Bruce Lee, Al Capone y otros.

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