lunes, 7 de agosto de 2017

Donde los relojes se detienen y las radios no funcionan



En las entrañas de México, entre Durango, Chihuahua y Coahuila, se expande un desierto conocido como Zona del Silencio, en donde —sin explicación científica— las ondas de radio se interrumpen, los relojes enloquecen y las brújulas desorientan.

Es lo que se conoce como un páramo planetario, 2.000 metros sobre el nivel del mar, sugestivamente situado sobre el paralelo 27, latitud Norte, coincidiendo, señalan expertos, con la ubicación del Triángulo de las Bermudas, las cordillera del Himalaya y las Pirámides de Egipto.

Muchos científicos han constatado allí la extraña concurrencia de meteoritos y varios otros fenómenos sin explicación. No es que falten sonidos, ruidos o susurros; el nombre ‘Zona del Silencio’ obedece al fenómeno por el cual las ondas hertzianas de radio no fluyen de modo normal.

Es preciso localizar determinadas franjas para poder establecer comunicación, aunque, de cualquier modo, siempre es deficiente. Es la imposibilidad de comunicación con el exterior lo que ha dado nombre al lugar.

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