lunes, 6 de abril de 2015

Nikola Tesla: 'Puede decir que el sistema de telegrafía sin hilos ha sido demostrado con éxito'

Pese a haber inventado la radio, la corriente alterna, el motor de inducción electromagnética y cerca de 700 inventos más, Nikola Tesla (1856-1943) es un fantasma en la historia. Este inventor de origen serbio nacido en lo que hoy es Croacia está considerado como uno de los padres del mundo moderno, pero aun así sigue siendo ignorado por el gran público. Sin embargo, en buena medida es culpa suya.

Cuando el periodista del New York Herald llega hasta Colorado Springs, donde el científico lleva varios meses trabajando en el más profundo de los secretos, Tesla se encuentra en estado de gracia. En especial porque ya hacía cuatro años que había derrotado a su archirrival Thomas Alva Edison en la llamada “guerra de las corrientes”. Este fue uno de los duelos comerciales e intelectuales más intensos de la historia, pese a que todo había comenzado como una novela rosa.

Al llegar a Estados Unidos en 1884, Tesla se presentó ante el gran Edison, por aquel entonces una celebridad, y le entregó una carta de recomendación de un hombre llamado Charles Batchelor que los conocía a ambos. Cuenta la historia que la misiva rezaba: “Conozco a dos grandes hombres. Uno es usted; el otro, el joven que tiene ante usted”. Dicen que en ese instante se torcieron las cosas porque a Edison no le gustaba la competencia y, además, el científico serbio que estaba ante él tenía sus propias ideas. Surgieron entonces dos problemas: uno era que según Tesla la corriente alterna era mejor que la corriente continua de Edison y el segundo fue el dinero. Después de haber mejorado los sistemas de Edison, el joven Tesla reclamó a su empleador los 50.000 dólares que este le había prometido. Edison le dijo que no era más que una broma y que “con el tiempo aprendería a entender el humor estadounidense”. Tesla no entendió el chiste y decidió aliarse con George Westinghouse, junto al cual impulsó la corriente alterna. La batalla se prolongó durante años (casi 13) y no siempre se desarrolló por los canales de la caballerosidad, en especial por parte de Edison, que era quien veía amenazadas sus inversiones. El veterano inventor inició una campaña de desprestigio de la corriente alterna que llevó a organizar demostraciones de electrocución de animales y uno de sus colaboradores acabó inventando la silla eléctrica, alimentada por la energía creada por Tesla. La guerra terminó en 1893, cuando Tesla presentó su invento en la Exposición de Chicago.

Por lo demás, en 1899, Tesla contaba ya con otra de sus patentes más importantes: la radio. Sin embargo, tardaría aún muchos años más en ganarle en los tribunales la paternidad del invento a Guglielmo Marconi, aunque éste le superaría en los libros de historia, ya que en muchos de ellos sigue apareciendo como el inventor de la radio.

Pero cuando tiene lugar esta entrevista en Colorado Springs, Tesla ocupa la cabeza en otra cosa: ahora su obsesión es transmitir no solo señales de radio sino también energía sin necesidad de usar cables. Los avances realizados durante los ocho meses que pasó en ese laboratorio quedaron mayormente en el misterio. Pero hay algunas pistas: al parecer pudo dominar al rayo.

Desde el 8 de marzo, La Razón presenta semanalmente a sus lectores la serie “Grandes entrevistas”, una selección de 20 diálogos con personalidades de la política, la ciencia, la cultura, el deporte y otros ámbitos, que dejaron huella e hicieron historia. La quinta entrega de la colección, que de seguro usted querrá tener en su biblioteca, está dedicada a Nikola Tesla; el texto íntegro lo podrá encontrar en la edición impresa de la revista Escape correspondiente a la fecha.

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