miércoles, 24 de diciembre de 2014

Los 10 hitos científicos del 2014

La misión de la sonda Rosetta, de la Agencia Espacial Europea (ESA), que culminó con el aterrizaje del módulo Philae en el lomo de un cometa es considerado el gran avance científico del 2014, según Science -la revista científica estadounidense que cada año elabora la lista de los 10 acontecimientos científicos más relevantes de los últimos doce meses-.

Tras él, la revista recoge a los nueve finalistas, que cubren campos tan distintos como la neurotecnología, antropología y genética.

Rosetta y su módulo Philae, el primer aparato enviado por el ser humano que aterriza sobre un cometa, encabezan la lista no sólo por su hazaña de llegar hasta el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, sino por la ciencia que permitirá realizar con los datos recogidos.

Robert Coontz, subdirector de noticias de "Science", explica que los hallazgos del año deben "resolver un problema con el que la gente ha estado batallando durante mucho tiempo o abrir la puerta a una gran cantidad de investigación nueva".

En el caso de Rosetta, "la mayor parte de la buena ciencia realmente está por venir", explicó Coontz.

Encuentro con un cometa

Después de un largo viaje de 10 años y 6.400 millones de kilómetros que incluyen tres sobrevuelos sobre la Tierra y uno sobre Marte, la misión Rosetta de la ESA logró el pasado 12 de noviembre liberar el módulo Philae y posarlo sobre el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko.

El aterrizaje de Philae fue más difícil de lo esperado. Rebotó dos veces y se quedó a cierta distancia de su objetivo original.

Además, no se aseguró a la superficie como estaba previsto y sus paneles solares no reciben suficiente luz, por lo que se quedó sin energía en menos de tres días. Es posible que no vuelva a despertar hasta agosto, cuando reciba más luz, y no hay ninguna certidumbre de que lo haga.

ROSETTA Y PHILAE, LA PAREJA DEL AÑO

A pesar de que Philae no se aseguró a la superficie como estaba previsto y sus paneles solares no reciben suficiente luz, por lo que se quedó sin energía, este módulo tuvo tiempo de recoger valiosa información sobre la estructura y composición del cometa. Rosetta sigue acompañando al cometa en su viaje y esto supone para Science la parte más importante de la misión. Así, la ciencia que sea capaz de proporcionar ayudará a los científicos no sólo a conocer más sobre estas rocas espaciales, sino a comprender mejor el origen y la evolución del Sistema Solar.



EL PASO DE DINOSAURIO A AVE

Los dinosaurios que no se extinguieron evolucionaron y dieron lugar a las aves. Un consorcio internacional de investigadores creó el árbol de la vida aviar más completo hasta la fecha. El proyecto descubrió cómo ciertos linajes de dinosaurios desarrollaron cuerpos pequeños y ligeros que les permitieron evolucionar hacia varios tipos de aves y sobrevivir a la gran extinción del Cretácico-Paleógeno hace casi 66 millones de años. Una vez su plan corporal cristalizó, facilitándoles la búsqueda de comida y refugio, nuevas especies aviares surgieron rápidamente. Para llegar a esta conclusión, el estudio comparó 850 rasgos morfológicos entre 150 especies distintas.



LA SANGRE JOVEN, ELIXIR DE JUVENTUD

Investigadores de la Universidad de Stanford descubrieron que un componente en la sangre de los ratones jóvenes (2 meses) es capaz de rejuvenecer el músculo y el cerebro de ratones en la última etapa de su vida (22 meses). Los ratones añosos mejoraron su capacidad de orientación y aprendizaje a niveles comparables a los de los jóvenes a partir de cambios estructurales del hipocampo. El trabajo pone de manifiesto que, al menos en roedores, algunos deterioros propios de la edad son reversibles. Si esto funcionara en humanos, supondría una nueva forma de tratar patologías relacionadas con el envejecimiento.



ROBOTS QUE COOPERAN COMO INSECTOS

Estos pequeños robots del tamaño de una moneda pueden trabajar juntos sin supervisión humana. Fueron creados por un equipo de la Universidad de Harvard en Cambridge, Massachusetts (Estados Unidos), inspirándose en la forma en que algunos insectos, como las hormigas, las abejas o las termitas, cooperan entre ellos para trabajar sin una dirección central.

Este ejército de 1.024 "kilobots" puede organizarse para formar figuras como estrellas, letras u otras formas bidimensionales con solo darle las instrucciones iniciales. Este grupo de robots se coordinan entre sí y son capaces de crear estructuras sin supervisión humana.



CHIPS QUE FUNCIONAN COMO UN CEREBRO

En el área de la neurociencia, la revista Sciencie destaca a los ingenieros computacionales de IBM que presentaron este año su chip TrueNorth, un ingenio del tamaño de un sello que intenta imitar el funcionamiento de un cerebro humano, con su red de 86.000 millones de neuronas y billones de conexiones entre ellas. Estos chips "neuromórficos" son microprocesadores y funcionan de forma similar a la de un cerebro vivo. Imitando la arquitectura de un cerebro humano, pretenden mejorar la inteligencia artificial de los dispositivos digitales y, posiblemente, sustituir a los chips tradicionales. están diseñados para procesar información de la forma más parecida a cómo lo hacen los cerebros vivos.



CÉLULAS DE LABORATORIO CONTRA LA DIABETES

Este año se dieron dos grandes pasos hacia el tratamiento de la diabetes, una enfermedad crónica que hace que una persona no pueda regular la cantidad de azúcar en su sangre. En abril, investigadores de la Fundación Células Madre de Nueva York lograron generar células productoras de insulina a partir de células de la piel de una mujer de 32 años con diabetes tipo 1, gracias a una técnica conocida como clonación terapéutica. En octubre, otro equipo de la Universidad de Harvard logró por vez primera -a partir de células embrionarias humanas- cultivar células beta, productoras de insulina en el páncreas.



AL ARTE RUPESTRE EUROPEO LE SALE UN RIVAL

Representaciones rupestres halladas en unas cuevas de la isla de Sulawesi (Indonesia), 12 negativos de unas manos de unos 40.000 años y unas pinturas de animales de 35.400, rivalizan en antigüedad con algunas de las joyas prehistóricas europeas, como los discos rojos de la cueva cántabra de El Castillo o la "Capilla Sixtina" de Altamira. Según el equipo científico que fechó las creaciones, que ya se conocían pero se suponían mucho más modernas, el descubrimiento supone que las primeras producciones rupestres no se llevaron a cabo sólo en Europa, sino también en las antípodas. Es decir, que los humanos en Asia produjeron arte simbólico a la par que los europeos.



LOS RECUERDOS SE PUEDEN MANIPULAR

Utilizando la optogenética, una técnica que manipula la actividad neuronal con rayos de luz, investigadores de la Universidad de California Davis consiguieron borrar recuerdos existentes e implantar otros falsos en el cerebro de unos ratones. De esta forma, hasta consiguieron cambiar el contenido emocional del recuerdo de bueno a malo o viceversa, transformando sus traumas en memorias bonitas. Esta revolucionaria técnica introduce genes de algas sensibles a la luz en los grupos de neuronas que almacenan los recuerdos y es capaz de encender y apagar a voluntad las células cerebrales mediante una luz láser.



LA ERA DE LOS SATÉLITES BARATOS

El año 2014 se batió el récord de nanosatélites lanzados al espacio. Estos aparatos, denominados CubeSats, son cubos con 10 centímetros de lado y menos de un kilogramo de peso, con tecnología para monitorizar con una suficiente resolución la deforestación, el desarrollo urbano y los cambios en los cursos de los ríos, entre otras aplicaciones. Los más de 75 nanosatélites lanzados este año están democratizando el espacio. Gracias a su bajo coste —unos cientos de miles de euros en lugar de cientos de millones como los satélites clásicos—, empresas, universidades y otros centros de investigación pueden tener acceso a datos hasta ahora inaccesibles.



AMPLÍAN EL CÓDIGO GENÉTICO DE LA VIDA

El alfabeto de la vida, el ADN, es relativamente aburrido. Todos los libros de instrucciones microscópicos que figuran en todas las células de los seres vivos se escriben con las mismas cuatro letras: G, C, T y A, iniciales de los cuatro compuestos orgánicos que forman el ADN. Pero este año el alfabeto de la vida se animó en un laboratorio del Instituto de Investigación Scripps (EEUU), donde un grupo de científicos creó dos nuevas letras artificiales, bautizadas X y Y, y las insertaron en el ADN de un ser vivo -una bacteria, la Escherichia coli-. La posibilidad de añadir nuevas letras al ADN abre la puerta a la creación de bacterias artificiales capaces de sintetizar medicinas o de fabricar combustibles, entre otras aplicaciones.

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