lunes, 13 de febrero de 2017

Los animales extintos que la ciencia quiere traer de vuelta


Justo cuando la Tierra atraviesa cambios climáticos que amenazan con causar la sexta extinción masiva, aquello que la ficción imaginó en la película Jurassic Park, podría hacerse realidad: gracias a los avances de la ciencia, algunos animales de la antigüedad, como mamuts, dodos y tigres dientes de sable, pueden ‘resucitar’.


La fusión de la biología sintética con la terapia genética para reconstruir moléculas de ADN, abrió un nuevo campo de estudio -llamado desextinción-, que pretende viajar al pasado para recuperar organismos ya sepultados y, de hecho, ya existe una ‘lista de espera’ de las 25 especies que pueden volver a la vida.


Según la revista Science Mag, el mamut lanudo, un pariente cercano del elefante que vivía en el Ártico y que se extinguió hace unos 4.000 años; y la paloma pasajera, un pequeño pájaro gris con un pecho de color rosáceo, que fue muy común en América del Norte hasta principios del siglo XX, son los dos animales que más chances tendrían de desextinguirse por la información genética que se tiene de ellos.

Cómo se hace el milagro
La ardua tarea de recuperar una especie comienza con la recolección de material genético de buena calidad, para lo cual los científicos deben secuenciar su genoma completo, es decir, toda su información genética.


Una vez logrado, pueden optar por una de las tres vías posibles: clonación, una técnica que ya se ha intentado en España con un bucardo; seleccionar ejemplares por sus características físicas más primitivas para ir ‘rebobinando’ su evolución artificialmente; y por último, la ingeniería genética, en la que de momento no hubo éxito, señala el portal La Información.


Entre otros animales del pasado –lejano y cercano- que la fundación Long Now Foundation cree que podrían convivir con nosotros, según el portal Play Ground, está el tigre de Tasmania, los dodos, el guacamayo cubano, el delfín baiji, entre muchos otros.

Más allá de la atracción
Aunque sería emocionante conocer animales que solo hemos visto en dibujos animados o recreaciones, la explicación científica para traer especies del pasado tiene que ver con razones ecológicas más que turísticas.


Cada animal en el ecosistema tiene una función: algunos se comen insectos y plagas, como los murciélagos; mientras que otras especies, como las abejas, son imprescindibles para biodiversidad del cultivo y en la agricultura. Si bien algunas funciones son compartidas entre múltiples especies, otras las cumplen solo una o dos.

Entre el bien y el mal
Frente a las justificaciones ecológicas que respaldan la recuperación de especies, hay una corriente conservacionista que se opone a que la práctica de la “resurrección” y, más allá de los argumentos éticos, sostienen que rescatar viejas especies podría socavar los esfuerzos para preservar las ya existentes, según señala el diario Clarín de Argentina.

Para prueba basta un bucardo
Por primera vez en la historia, un animal extinguido, el bucardo de los Pirineos, volvió a abrir sus ojos a la vida en 2003: una cabra híbrida, cruce entre cabra montés y doméstica, parió un clon de Celia, considerada hasta entonces la última bucarda.


El ejemplar nació con una malformación en los pulmones y murió minutos más tarde. El sueño de traer al presente especies del pasado es tan atractivo como complejo, pero no es imposible, como se demostró con aquel bucardo en España


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