No hace falta mirar más lejos que nuestro propio cuerpo para hallar las 'pruebas' de la teoría evolutiva de Darwin. Ya sea en
el cóxis, en la piel de gallina o en un pequeño tendón extraño en la muñeca interior, el cuerpo humano está cubierto de partes que ya no nos sirven.
Sin embargo, siguen estando allí como
una reliquia genética de nuestro pasado evolutivo,
señala el portal IFL. Lo mismo es cierto para muchos otros animales -
sólo pensar en las alas de un avestruz. Se les llama características
"vestigiales".
Estos son
algunos de estos rasgos vestigiales (publicados por IFL Science y el diario El Salvador)
que tal vez ni siquiera sabes que tienes:
1. Tendón de la muñeca. Pon tu brazo sobre una
superficie lisa palma arriba. Junta el dedo meñique y el dedo pulgar
y luego ligeramente levanta la mano. ¿Ves
un músculo que sobresale en tu muñeca?
Este músculo es el legado de nuestros antepasados, libera las garras
e intensifica el agarre a la hora de saltar de un árbol a otro.
No te preocupes si no ves nada, en la vida moderna este músculo
es completamente inútil.
2. Piel de gallina. Los dos motivos principales por
los cuales se nos eriza la piel son el frío y el peligro. Al mismo
tiempo, la médula espinal produce la excitación de los nervios
periféricos que levantan ligeramente el cuero cabelludo. En condiciones
de frío esto permite mantener más calor dentro del cuero, y cuando hay
peligro, le da a un animal un aspecto más temible, señala el portal
salvadoreño.
3. Pliegue semilunar. Este diminuto pliegue
en el extremo interior del ojo es lo que
nos queda de la membrana nictitante. En las aves, reptiles y peces
es totalmente funcional y sirve para mantener la superficie de los ojos
húmeda e ilesa.
4. Los músculos del oído. Son el ejemplo clásico
de los órganos rudimentarios. A nuestros antepasados les ayudaban
a mover las orejas para escuchar mejor el acercamiento de un animal
salvaje, un rival o una presa. Ahora muy pocas personas saben mover sus
oídos.
5. Muelas del juicio. Hace tiempo el ser humano
necesitaba los 32 dientes para moler y masticar los alimentos duros
y rígidos. Ahora consumimos productos procesados y ya no necesitamos las
muelas cordales. Por ello la mitad de la población del mundo ya no las
tiene.
6. Coxis. Es una de las pruebas más relevantes del
acondicionamiento de la especie humana al entorno. Actualmente no cumple
una función destacada pero deja evidentes signos de su utilidad hace
miles de años.
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