martes, 6 de octubre de 2015

¿Programar hijos una o dos décadas antes?

¿Llegará el día en que muchas mujeres y hombres opten por congelar sus óvulos y espermatozoides a la edad de veinte años para tener hijos por fertilización invitro una o dos décadas después? Esta y otras preguntas que plantea el futuro de la medicina reproductiva fueron abordadas por expertos en medicina y en bioética de la Argentina y del exterior.

¿Cómo será la medicina reproductiva en el futuro? ¿Cuáles son sus desafíos y las implicancias éticas que giran en torno a este tema?

En su reciente paso por la Argentina, el “padre de la píldora” anticonceptiva, el doctor Carl Djerassi, anticipó un escenario posible que podría llegar a generalizarse en el futuro en algunos sectores sociales de determinados países desarrollados. Djerassi, que en la actualidad se desempeña como profesor emérito de la Universidad de Stanford (Estados Unidos), como mecenas de artistas y autor de libros de ciencia, de literatura y de poesía, opinó que para mediados del siglo XXI una gran cantidad de mujeres y hombres optará por congelar sus óvulos y espermatozoides siendo jóvenes, por ejemplo, a la edad de 20 años, para tener hijos más adelante mediante el empleo de métodos de fertilización in-vitro.

Algunas de las múltiples razones para elegir esa opción sería la de disponer de espermatozoides y óvulos de mejor calidad a la hora de tener hijos, indicó Djerassi durante la conferencia “El sexo en la edad de la reproducción tecnológica” que dio en la Academia Nacional de Ciencias Exac-tas, Físicas y Naturales y que fue organizada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, entre otras instituciones. Y agregó como ejemplo que a la edad de 35 años la producción de óvulos es significativamente menor y “que el período que va de 35 a 40 años es crítico dado que la calidad de los óvulos también se ve reducida.”

Pero uno de los motivos principales -señaló el experto- es que se trataría de una forma de planificación familiar para mu-chas personas. En Estados Unidos, en países de Europa y de otros continentes son cada vez más las parejas que tienen como prioridad seguir el camino de la educación y de la realización personal a nivel laboral y deciden tener hijos a una edad mayor, explicó el destacado químico orgánico especializado en investigaciones y síntesis de esteroides. Por otro lado, un reciente informe de la comisión europea presenta otra perspectiva sociológica sobre esta problemática: muchas mujeres afirmaron que si tuvieran un mejor trabajo tendrían hijos antes.

Asimismo, Djerassi señaló que en ese futuro cercano, luego de congelar sus óvulos y espermatozoides, muchas personas podrían optar por la esterilización ya que podrían tener hijos a través de la fertilización in-vitro.

Sin duda que los avances tecnológicos y los factores políticos, sociales, económicos culturales, entre otros, irán determinando la evolución de la medicina reproductiva en el corto y mediano plazo.

DESAFÍOS DE LA MEDICINA REPRODUCTIVA

Son muchos los avances que han tenido lugar dentro del ámbito de las técnicas de fertilización asistida, la necesidad de avan-zar en determinados terrenos ponen en evi-dencia hacia dónde se dirige la medicina reproductiva en el corto y mediano plazo.

El doctor Marcos Horton, presidente de la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (SAMER), señaló a la Agencia CyTA que “conocer las condiciones de cultivo necesarias para la fertilización y desa-rrollo ha sido muy importante, sin embargo cabe mencionar que no se ‘conocen’ del todo todavía. Es un área en permanente cambio, que permite en la actualidad ahondar mayormente en las necesidades metabólicas de los embriones en cultivo, por ejemplo, las concentraciones adecuadas de glucosa, aminoácidos (unidades de proteínas), nivel de oxígeno y acidez, entre otros factores.”

Otro desafío de la medicina reproductiva apunta a transferir el embrión a la pared del útero en el quinto o sexto día de su desarrollo como ocurren en condiciones naturales. “Hasta ahora, el embrión –gene-rado por fertilización in-vitro- se cultiva hasta el tercer día de desarrollo, pero los avances están permitiendo llegar al quinto día con mayor facilidad, y está habiendo un cambio paulatino hacia eso”, afirmó el doctor Horton que también se desempeña como director del Centro Médico de Re-producción Asistida “Pregna”.

En la actualidad se investiga el desarrollo de nuevas aproximaciones al diagnóstico genético preimplantatorio. Esta técni-ca consiste en el análisis de una célula extraída de embriones obtenidos por ferti-lización in-vitro a fin de seleccionar aque-llos que no presentan anomalías genéticas que predisponen a graves enfermedades.

Según el doctor Barry Behr, profesor asociado de Ginecología y Obstetricia y director del Laboratorio y del Programa de Fertilización In-Vitro de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, hay muchos enfoques moleculares y no moleculares para determinar la viabilidad de un embrión. “Ser capaces de seleccio-nar un embrión (del conjunto de embrio-nes en cultivo de una pareja determinada) que tenga la mejor viabilidad es algo hacia lo cual nos estamos esforzando y es un área del campo de la medicina reproduc-tiva que actualmente está en desarrollo”, asegura el especialista.

Por su parte, el doctor Horton considera que otro de los objetivos en este campo de la medicina apunta a lograr una alta tasa de éxito en la implantación de un solo em-brión en el útero de la mujer a fin de “evi-tar los embarazos múltiples, que significan un riesgo para la paciente y el niño, así como también un altísimo costo para el sistema de salud.”

“También se están diseñando nuevas for-mas de administrar la medicación para estimular la ovulación en reproducción asistida para hacerlas ‘mas amigables’ y menos estresantes para las pacientes”, afir-ma el doctor Sergio Papier, director médi-co de CEGYR, la clínica que logró conse-guir en nuestro país el primer nacimiento usando la técnica de Fertilización In Vitro.

DIMENSIONES ÉTICAS

El empleo de las técnicas de fertilización médica genera múltiples debates que van cambiando a medida que pasan los años. “Los debates éticos dependen también de la idiosincracia de cada país. Independien-temente de los avances tecnológicos, al menos en nuestra región, son y seguirán siendo por un tiempo el status ético y legal del embrión”, indica el doctor Papier.

“Creo que la ciencia y la tecnología esta-rán por delante de las legislaciones y los estándares éticos en términos de cómo go-bernar o regular el uso de estas tecnologías potenciales en gametas humanas (óvulos y espermatozoides) y en embriones”, señala Behr quien considera que uno de los pun-tos más controversiales será el de la dico-tomía entre bebés sanos y bebés diseñados.

Según explica el doctor Horton, esa di-cotomía se refiere a la diferencia entre seleccionar embriones que no tengan pre-disposición a enfermedades frente a selec-cionar embriones que cumplan caracterís-ticas como color de ojo o pelo conforme a los deseos de los padres.

Para Behr, la legislación y los expertos en bioética tendrán un rol en ayudar a alla-nar el camino para delimitar las orientacio-nes morales y éticos en el campo de la me-dicina. “Sin embargo, quisiera ver que la legislación para estas decisiones, sensibles desde el punto de vista ético, sean tomadas dentro de organizaciones de medicina reproductiva o dentro de grupos de profesio-nales de esta área y no por hacedores de políticas públicas que no entienden en forma cabal las implicancias de las regulacio-nes, o no comprenden del todo la fuerza motora que está detrás de las motivaciones de los pacientes. Así que desempeñarse como profesionales proactivos y pensar por adelantado va a ser clave en definir el rol que el gobierno o los profesionales cumplan para moldear el futuro”, indica el especialista.

Horton coincide con Behr. “No podría estar más de acuerdo. La necesidad de regulación debe estar enmarcada en un trabajo conjunto entre los científicos y médicos que tratamos a las parejas, y los legisladores y sectores sociales involucrados, para no vulnerar los derechos de la gente que padece de infertilidad. Los be-neficios de los tratamientos de la infertili-dad, y la prevención de enfermedades ge-néticas transmisibles deben ser la priori- dad de los sectores encargados de regular estas técnicas.”

De acuerdo con la doctora Teodora Za-mudio, profesora regular de la facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires y directora de la maestría en Bioética de la Universidad del Museo Social Argen-tino, “se comprueba que en muchos países que los hacedores de políticas públicas suelen responder a motivaciones económicas, sectoriales y no siempre democráticas. En ese sentido, uno de los pilares de la decisión a tomar en el área de la medicina reproductiva son los padres, la sociedad misma.”

Si en ese tipo de decisiones no participan los progenitores, ¿Cuál es la legitima-ción de esa decisión en cada caso? ¿Quién define los atributos de un bebé “saluda-ble”?, se pregunta Zamudio. “El aporte cultural de una sociedad también ha de estar presente en tales debates, decisiones y definiciones, y ello no constituye sólo un cliché de actitud democrática. Obviamente, los científicos tienen un lugar preemi-nente, pero dejarlos solos sería una ‘co-modidad irresponsable’ por parte de todos los demás partícipes de esa esperanza”, señaló a la Agencia CyTA la especialista. Y agregó: “Es necesario, ante cualquier intento regulatorio, no olvidar que los tin-tes ideológicos sectoriales, aunque válidos en una tierra de libertad, deben quedar reservados en el fuero interno de cada fa-milia o individuo, y nunca pretender ‘ex-tenderse’ o ‘imponerse’ a otros.”

Para Zamudio, en materia de políticas públicas es necesario que, de ser aceptadas, las terapias que ofrece la medicina reproductiva “deben quedar al alcance de todos los ciudadanos y no sólo de quienes tienen el respaldo financiero suficiente”.

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