El material más prometedor del mundo, el grafeno, podría ser utilizado para fabricar armaduras y trajes de protección más duros que el acero y el kevlar -usado en chalecos de antibalas-.
Un equipo de la Universidad de Massachusetts en Amherst disparó diminutas esferas de sílice en las capas de grafeno, como si se tratara de un microcampo de tiro. Las balas volaron a una velocidad de 6.700 mph, aproximadamente a un tercio de la velocidad de una bala real. Las hojas de grafeno absorbieron el impacto dos veces mejor que el kevlar.
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